El vino nace en Rioja Alavesa y madura en el mar durante 180 días a cinco metros de profundidad en San Carlos de la Rápita, Tarragona.

En las profundidades de las aguas marinas a cinco metros de profundidad, situado en una batea de crianza de ostras, bajo unas condiciones específicas de temperatura constante entre 10 y 15 grados y ausencia total de ruido y luz, nace un vino cuyas características lo hacen único. Terran Perla, perteneciente a las Bodegas Vallobera.

Terran Perla 2010, vino de Bodegas Vallobera, nace a 600 metros sobre el nivel del mar, en la capital de Rioja Alavesa, Laguardia, donde un mar de viñedos copa el paisaje. Tras su cuidada elaboración y una crianza en barrica de madera de roble francés Allier, su proceso de maduración se complementa lejos de la Sierra de Cantabria, de los pueblos medievales que pueblan la comarca. Es en el mar Mediterráneo, en concreto en la localidad de San Carlos de la Rápita, Tarragona, en donde madura siguiendo, fiel, el recorrido que le marca el río Ebro hasta su desembocadura.

A cinco metros de profundidad durante 180 días recoge una espesa capa marina sobre su cuerpo y unas características que hacen de su cata una experiencia única para los sentidos. La cosecha, situada estratégicamente en varias bateas con condiciones muy específicas de temperatura entre 10 y 15 grados, aprovecha el ligero vaivén de las corrientes y un nivel constante de humedad, luz y ausencia de ruidos. Cualidades que crean el mágico proceso que da forma a la gran obra maestra del bodeguero Javier San Pedro Ortega, Terran Perla 2010.

El proceso no se detiene ahí, ya que del mar se traslada de nuevo a bodega para continuar con su proceso de crianza en botella. Tras 25 meses, sale a la luz un vino.